La peña fue la excusa para juntarnos, conocernos, compartir momentos de diversión.
El camino hacia Molles, como saben, no es fácil. Es tierra adentro. Camino de tierra, curvas, alambrados y cuando te parece que llegaste al fin del mundo, ahí nomás te encontrás con el Centro Mec.
Como era de noche, a lo lejos pudimos ver luces de todos los colores, anunciando espectáculo.
Y como siempre que voy por allí, los vecinos nos reciben como en nuestra propia casa.
Con esa sencillez que encontrás en el campo, te invitan a compartir lo que tienen.
Creo que hablo por todos los que participamos en la peña, cuando digo que fue como si hubiéramos encendido un fueguito y nos hubiéramos reunido en torno a él.
No había fogón pero sí mucha calidez en las familias que viven ahí.
Ellos dicen que viven cerca.
¿A cuánto? - les pregunto yo.
Ah, como a 5 kilómetros nomás - me dicen.
Pah, lo que son las distancias en otros lugares! A mí eso me parece lejísimos. Qué diferente vemos las distancias los que vivimos en pueblos o ciudades!
Pero volviendo al tema, las actuaciones de Erika Büsch acompañada del músico venezolano Jesús González, Diego García, Carlos Tabárez, el grupo de Danza folclórica de Molles y dos guitarreros del lugar (Sergio Soca y Eduardo Frade) fueron impresionantes. Los aplausos se multiplicaban y todos pedían
"otra, otra!!" Y así, entre actuación y actuación, transcurrió la noche.
Siempre que voy me quedo con ganas de más. Será esa magia que tiene la gente de campo.
Pero una imagen es mejor que mil palabras, por eso les dejo algunas de las fotos de la peña.
Irene Pereira